![]() |
||
AQUÍ ESPERO, SEÑOR Señor, sólo Tú eres la verdad; hazme saber el camino por el cual he de andar, porque me he entregado a Tí y en Tí espero para corregir mi senda. Señor mio y Dios mio, convierte a Tí todos mis anhelos, y sé Tú el destino de mi ser. Sé mi Dueño, Señor; encamíname a Ti, porque Tuyo soy yo. Aquí espero, Señor; mientras los hombres trabajan, yo quiero saber que me tienes Tú para hecer. Si estoy equivocado, házmelo saber. Padre Santo, fortaléceme para entrar por la puerta que Tú me abras; que pida yo y entienda lo que pida, y entienda lo que mandas y lo que mandas obedezca, porque serte agradable es todo el significado de mi vida; y ¿qué será de mi si me desechas? todo mi ser no tiene ninguna importancia si Tú no lo quieres; y si en verdad lo quieres, Señor, no me dejes alejarme de Tí. Célame, Señor, porque Tu celo es el único suspiro de mi existencia. Sólo por Tí yo existiré y sólo Tu amor me sustentará. Para siempre, sí, eternamente todo depende de Tí; en Tí todo descansa, y fuera de Tí todo se desvanece. Eterno y único Dios, tan sólo Tú, y sólo Tú, nadie y nada más. Señor mio, yo he pecado en mi pequeñez; Tu gracia me restaure y establezca para Tí delante de Tu Santo Rostro. Tuyo soy yo, y mirando hacia atrás, hacia mi vida, veo Tu mano que me atrae y guía. Me hicisten conocer Tu soberana gracia y condescendiste a encontrarme; y en vez de pasar de largo, Te detuviste a socorrerme; y éste es ahora el dia en que llevas sobre Tí, sobre Tus mismos hombros, todo el peso de mi mortal herida, porque pecamos contra Ti, y contra Tí que eres tan Alto se envaneció nuestro corazón; y Tú nos derribaste, mas nos salvó Tu gracia. Porque, ¿qué es el hombre para que permanezca un dia? he aquí que ante Tí sería como si no fuésemos; pero nos diste vida, con Tu paciencia y gracia, y te alegraste en extender Tus manos con misericordia. Señor, quiero agradarte porque esa es mi deuda mientras viva. Mientras aliente en mis narices ser Te pertenezco totalmente. Óyeme desde Tu estrado y veme, yo te ruego, a ver en qué te sirvo, porque si callas... callas. Calla, Señor, si quieres, porque soy Tuyo. ------- Gino Iafrancesco V., 1979, Asunción, Paraguay. |
![]() |