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Conte
ESPERARÉ EN Esperaré en la puerta; yo sé que se abrirá; porque Él es bueno se abrirá, porque Él es santo se abrirá. Esperaré en la puerta y se abrirá. Mi alma lo sabe muy bien, Señor, que dependo de Ti. Mi alma te espera, Señor; ten misericordia de mi. ¿A quién otro buscaré? ¿en quién otro esperaré? La ilusión de mi mismo yo sé que he de apartar. Respiro delicado para no herir, no ofender. Permanezco callado esperando aprender. Y mi silencio habla; se eleva cual vapor; estoy anonadado, esperando, Señor. Cuan triste es el pecado; no tanto en los que vi, sino el que en mi, siendo amado, yo mismo cometí. Cuan triste es el pecado; no miro a los demás; a mi mismo me miro; cuan triste es en verdad. Ya sé por qué las aves tan llenas de cantar pasan sin advertirse al que no sabe amar. Ya sé por qué las flores con todo su esplendor no conmueven el llanto de un duro corazón. Ya sé por qué los hombres, los hombres como yo, causan tantos dolores; ¡causo tanto dolor!. Nací como una espina; ¿qué más puedo esperar? que pronto en el Milenio me vuelva un arrayán; y en vez de estar hiriendo, punzando a todo dar, que entonces a mi sombra se pueda descansar. Esperaré en la puerta; yo sé que se abrirá. Porque Él es santo y bueno la puerta se abrirá. ------- Gino Iafrancesco V., 1976, Asunción, Paraguay. |
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